
Su verdadero nombre es N. caerulea y es una especie originaria del norte y centro de Africa. La flor de este nenúfar tropical diurno tiene forma estrellada, pétalos violáceos en la punta (RHS 91C) que se aclaran hasta casi el blanco (RHS 155A) en la base, sépalos blancos (RHS 155A) y estambres amarillos (RHS 18A) con puntas violáceas (RHS 91C).


En uno de ellos se decía que un gigantesco pimpollo de seshen había emergido de las aguas de Nun (una ilimitada extensión de quietas aguas primordiales). Al abrirse los pétalos del seshen, revelaban la presencia de un bebé divino, Ra (como puede verse en la imagen a la derecha).
El otro mito era similar, pero del seshen surgía un escarabajo, símbolo del sol naciente, que se transformaba en un bebé que lloraba, cuyas lágrimas se convertían en la humanidad. El seshen era, a veces, identificado como el Ojo de Ra.
Por otra parte, el hecho de que los rizomas y semillas de esta planta fueran capaces de soportar terribles y prolongadas sequías y rebrotar en cuanto regresaran las aguas, la ligaron íntimamente a la idea de resurrección, al culto a Osiris y a los ritos funerarios. El Libro de los Muertos contiene conjuros para "transformarse a uno mismo en un seshen" y así lograr la promesa de resurrección.

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