jueves, 4 de septiembre de 2008

Nenúfares vivíparos

Una de las características que más me fascinan de los nenúfares, es la capacidad que tienen algunos de ellos de crear nuevas plantas a partir de brotes que surgen de sus hojas o de sus flores. Esta característica se conoce como viviparidad (del latín vivus, "vivo", y parire, "parir") y se dice que la planta es vivípara.

El término vivíparo tiene su origen en los animales cuyas crías se desarrollan en el vientre de la hembra, una vez ocurrida la fecundación. El embrión se aloja en una estructura especializada donde recibirá todo lo necesario para formar sus órganos, crecer y madurar hasta que esté listo para nacer.

En las plantas, el proceso es distinto, ya que no existe fecundación y la nueva planta comienza a aparecer cuando la hoja o flor que le da origen comienza a decaer y muere. Sin embargo, como ocurre con los animales vivíparos, la nueva planta permanece conectada a la hoja o flor que le da origen, extrayendo de ella el alimento necesario para desarrollar sus propias raíces e independizarse.

Esta característica es relativamente habitual en los nenúfares tropicales diurnos, poco frecuente en los nenúfares perennes y rara en los nenúfares tropicales nocturnos. Y lo que la vuelve una característica absolutamente deseable es que las plantas así producidas son IDENTICAS a la planta madre. Esto significa que las características de sus flores y hojas serán idénticas, y que ambas plantas, madre e hija, serán indistinguibles, aún en un examen de ADN. La nueva planta es, ni más ni menos, un clon de la planta que le dio origen.

Es sencillo reconocer a aquellos nenúfares que se reproducen a través de las hojas, todos ellos tropicales diurnos, ya que estas presentan un característico botón de pelusa.

Es de este botón de donde surgirá, eventualmente, la nueva planta, a la que suelo llamar afectuosamente vivip ("te mando un vivip de Tina..."), para evitar la complicación de referirme a ella con el frío término técnico de brote vivíparo.

Entre los nenúfares tropicales más conocidos que presentan esta característica se pueden mencionar el Tina, el Panama Pacific y el Madame Ganna Walska.

En los nenúfares perennes y en los nenúfares tropicales nocturnos, la reproducción vivípara se produce a partir de las flores y nunca de las hojas. Los brotes vivíparos sólo aparecerán cuando las flores cierren en forma definitiva y siempre que no hayan sido fecundadas, ya que en ese caso producirán semillas.

Los nenúfares perennes vivíparos son el Colonel A. J. Welch, el Barbara Dobbins, el Georgia Peach, el Phoebus y el Perry's Viviparous Pink.

Los únicos nenúfares tropicales nocturnos que presentan viviparidad son especies, no híbridos comerciales, casi imposibles de encontrar en los negocios. Ellos son el Nymphaea lasiophylla (nativo de la zona costera cercana a Río de Janeiro, Brasil), el Nymphaea prolifera (nativo del norte de Argentina, sur de Brasil, oeste de Ecuador, Paraguay, Costa Rica y El Salvador), ambos del subgénero Hydrocallis. Existe también una especie del subgénero Lotos, el Nymphaea lotus (nativo de Egipto, y Africa central y occidental), que ocasionalmente produce brotes vivíparos.

Y ahora, ¡a experimentar!

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